Según una hermana de la víctima, la mujer es trabajadora de la Dirección de Prevención Ciudadana.
“La agarró del brazo, la llevó afuera de la escuela y la retuvo para que sus hijas le peguen”, describió Solange, hermana de la víctima. La denuncia que presentaron, este jueves, en la Comisaría 38ª apunta a una mujer de 45 años que cumplía funciones de seguridad en la escuela Progreso y Sueños. Según la denuncia la mujer, Gisela Morán, se desempeña en la dirección de Prevención Ciudadana y prestaba servicios en la escuela del barrio 500 viviendas norte, de donde es vecina.
Según pudo saber El Diario de la República, la mujer tiene 45 años. La hermana de la víctima relató que todo comenzó con una discusión en el baño de la institución. Tres alumnas, entre ellas dos hijas de Morán, discutieron con la víctima, que asiste al último curso y este año se egresa. “Fueron cuestiones de la promo”, mencionó la denunciante.
Pero todo se agravó cuando otra compañera escuchó que las hijas de Morán estaban planeando atacar a su compañera cuando finalizara el horario escolar. La adolescente le avisó a su compañera, que atinó a comentarle a su preceptor sobre la situación. El celador calmó a la alumna y le dijo que no iba a “pasar nada”. Pero todo empeoró cuando la alumna concluyó el horario de clase.
Según lo relatado por Solange, Morán vio que la víctima se iba del establecimiento y atinó a tomarla de un brazo diciéndole: “Cuál es tu problema con mis hijas. Vení, vení. Vamos para allá para que la escuela no tenga problemas”, le dijo y la sacó a la fuerza a la vereda. Fue allí cuando aparecieron sus hijas y otra compañera y, aprovechando que la mujer de 45 años retenía a la víctima, le dieron una golpiza que concluyó cuando preceptores que estaban dentro del establecimiento intervinieron por el pedido de ayuda de otros alumnos.
“Mi hermana podría estar muerta. La reventaron a golpes y con la participación de una persona que debería ser la que pone orden”, refirió Solange. Es que Morán estaba cumpliendo turno como trabajadora de Prevención Ciudadana. “Su trabajo era cuidar a los chicos, no meterse en una pelea para que sus hijas le den una paliza a una compañera”, dijo la joven denunciante.
La agresión cesó cuando otro hermano de la víctima, de 15 años, intervino y con ayuda de un preceptor y dos coordinadores lograron frenar a la mujer. La alumna fue asistida primero en el interior de la escuela, pero luego la joven fue atendida en el Hospital Central “Ramón Carrillo”. “Ella estuvo con convulsiones y le pegaron mucho en la cabeza. Por eso tenemos miedo que le haya quedado alguna secuela por los golpes”, mencionó Solange.
Tras el episodio, la alumna, junto a su hermana Solange y su madre, Natalia Silva, acudieron a la Comisaría 38ª, en donde asentaron la denuncia relatando los hechos. “Necesitamos que esta mujer no esté más en la escuela. Es un peligro. Mi hermana podría haber sido otro caso como el de Fernando Báez Sosa. Fue brutal la golpiza que le dieron”, subrayó Solange.
En el establecimiento quedó asentada la situación en el libro de actas. “Mi hermana ya les había avisado a los coordinadores y preceptores sobre las amenazas. Incluso habían hecho un acta que ella tuvo que firmar”.
Solange le mencionó a El Diario que ya fue emitida una orden de restricción en contra de Morán y que la coordinadora de la escuela ya le avisó que no vuelva a cumplir tareas allí. Pero la preocupación escaló cuando se enteraron, en la propia comisaría, que la mujer ya había tenido problemas con otras vecinas y que incluso tendría experiencia y formación en artes marciales. “Cuando hicimos la denuncia nos enteramos que hace kick boxing. No puede ser que una persona violenta y que tiene problemas con otros vecinos esté a cargo de la seguridad de los niños de una escuela”, dijo. Y agregó: “Casi la mataron a ella. Tuvieron que hacerle hasta tomografías y tiene un derrame, se salvó de milagro”.
Por último, Solange lamentó y, a la vez, agradeció que no pasó a mayores: “Pudieron matarla, quitarle la vida”.
Fuente: EDDLR